PRESENTACION:

Cuando uno ejerce el periodismo político de manera intensa por 15 años resulta sumamente difícil no comentar u opinar hechos del país observados desde la tribuna privilegiada de la cercanía con el poder.

Más aún cuando éstos temas son interpretados de manera antojadiza por intereses políticos o económicos y la ciudadanía se los cree simplemente por haber sido publicados o informados en varios medios a la vez.

Y peor resulta la sensación cuando la desinformación se convierte en verdades "históricas"- ¿o histéricas?- y hasta se las utilizan para organizar seminarios, charlas o conversatorios. O para santificar a personajes y proponerlos hasta para cargos públicos cuando son tremendos malandrines.

Pero estos tiempos parecen que han liberado a quienes cultivamos las informaciones diarias para decir lo que pensamos, sin trasladar nuestros miedos y temores a las noticias que escribimos o a las entidades que representamos en el caso que se labore en cuestiones de relaciones públicas.

Los blogs son una bendita invención donde cualquiera puede decir lo que desee de lo que se le apetezca, eso sí, enmarcado dentro de los buenos modales y respeto hacia los demás.

Opiniones de carácter personal y repito -una vez más- sin comprometer a la entidad o medio de comunicación donde se trabaje. Esto debe quedar claro a fin de evitar contratiempos cuando a alguien no le gusta lo que se dice.

Quien escribe es un periodista peruano licenciado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con más de 15 años en el periodismo político escrito practicado en diferentes medios de comunicación del Perú.

De forma paralela, cumpliendo labores en relaciones públicas e imagen en organismos del Estado y privados. Y hasta se participó en una campaña electoral: la del año 2001, integrando la Oficina de Prensa del líder aprista Alan García Pérez, hoy nuevamente presidente de la República.

Este blog no persigue ser un manual de ética ni mucho menos de dictar pautas para una buena escritura. Eso es para los escritores. Tampoco se pretende juzgar a nadie, sólo contar las cosas desde un punto de vista particular. Acá se escribe como lo hace un periodista, un cronista parlamentario, con más errores que aciertos.

De antemano, las disculpas del caso si no es de su agrado. De todas maneras, bienvenido a estas líneas.

Ignacio Arana

29 de agosto del 2006