Friday, March 30, 2007

En Semana Santa
CUIDADO CON LA CRUCIFIXION POLICIAL

Quienes suelen abandonar la ciudad de Lima en sus automóviles en Semana Santa deben tener sumo cuidado con las tretas de los malos policías de carreteras que intentan por todo medio crucificar a los choferes. Si usted tiene todo en regla, pues no se deje avasallar. Pero eso sí: con respeto, clase y tranquilidad, para que no caiga en la patanería de estos malos efectivos del orden.

Emboscada en patrullero

Hay que estar alertas de los malos policías que en esos días se ponen más activos que nunca y buscan la sinrazón en las carreteras a fin de sancionar a los choferes particulares.Estacionados en curvas, casi escondidos como para una emboscada, al acecho del paso de los vehículos en zonas solitarias, los patrulleros de carreteras suelen parar a los automóviles para decirles que según su scanner han sobrepasado el límite de velocidad.Amenazan con quitar el brevete y que tienen que acompañarlos a la comisaría. Otros son más audaces y hacen sus tropelías en las mismas garitas de control.Con sus gafas negras- accesorio que debe prohibirse usar a los policías- con un lenguaje militar y de amedrentamiento, tratan de intimidar al chofer para que cumplan con sus pedidos.Lo que buscan es que se les dé algo para, “por esta vez”, dejarlos ir.De allí que las autoridades pertinentes deben tomar cartas en el asunto para frenar este abuso y hacer campañas a través de los medios de comunicación para poder denunciar a estos malos elementos.

¡Defiéndase!

Sin duda alguna, uno puede defenderse. Sin perder la calma y con respeto (la ecuanimidad es fundamental para dejar mal parados a estos malandrines) solicite al policía que sea visible su placa de identificación; si es un patrullero, apunte la delegación a la que pertenece, el número de placa y cuántos ocupantes hay, y pregunte al efectivo cómo se llama el operativo.Si quiere ir un poco más allá, solicite que le enseñen el scanner y el reporte de la lectura de su supuesta infracción. Allí, revise de manera minuciosa la hora del registro ya que muchas veces enseñan uno que no tiene nada que ver con el asunto.Claro que llegar a este momento es peligroso ya que a los policías no le gusta que le pregunten cosas, pero la ley nos ampara y es nuestro derecho – y obligación del efectivo y no un favor- conocer estos detalles.Y si aún tiene problemas y la razón lo asiste, pues llame de inmediato al Rotafono de RPP Noticias (438 8008) para que denuncie el hecho, todo el Perú se entere y el alto mando de la PNP y el Ministerio del Interior pongan las cosas en su sitio.

Ignacio Arana

Thursday, March 29, 2007

NUEVOS CHIBOLOS

Varias son las conclusiones a las que se llega luego de ver a esta generación de jóvenes de 17 años integrantes de la Sub 17 que se han ganado a puro punche su participación en el mundial de esa categoría en Corea del Sur el próximo mes de agosto.

Chau Sendero

Lo más resaltante es que la influencia del terror de Sendero Luminoso y que marcó a varias generaciones de peruanos - incluidos las fracasadas del fútbol peruano y que no pasan de ser unos regularones jugadores y del montón- construyendo personalidades tímidas, sin ánimos de triunfo, derrotismo y perdedores, ya se esfumó.
Por la forma cómo jugaron estos jóvenes en Ecuador, inflando y desinflando el balón, con un toque desfachatado, atrevido, sin miedo y encarando a los rivales, se comprueba que la etapa del terror ya pasó y ahora se muestran con la alegría característica del peruano: vivaz, dicharachero, audaz.
Este es el mejor ejemplo de que Sendero Luminoso “ya fue”, y que las nuevas generaciones ya no creen en su monserga, más aún en sectores populares de donde provienen estos bravos peruanos.

De barrio, ¿y qué?

Otro rasgo resaltante de este grupo de jóvenes es la humildad que profesan por todos sus poros lo cual llama la atención si lo comparamos con otros de la misma edad y quienes creen que Lima termina en La Molina o San Isidro.
Orgullosos por todos lados se han fotografiado con sus humildes padres en pleno trabajo, uno de ellos con la carretilla de raspadillas de su papá y otro en el local donde su familia vende chicharrones en Lurín, y han reafirmado su compromiso de permanecer en el país.
Actitud que sorprende cuando hay otros que sólo piensan y sueñan con irse del Perú, dizque para triunfar, y realizan labores como limpiar baños, sin calidad de vida y sobreviviendo con miedo en el extranjero, cuando esas labores lo pueden hacer aquí en el país. Pero el orgullo y la vanidad, taras humanas, los llevan a extramuros, allá ellos.

¡No tomo!, gracias

Y no terminan de sorprender éstos jóvenes con sus actitudes. Cuando fueron a Palacio de Gobierno y les dieron pisco sour para brindar ninguno de ellos tomó nada y más bien devolvieron todo, hecho que llamó la atención del jefe de Estado, Alan García, quien tuvo que pedir un vaso con agua para festejar el triunfo.
Qué diferencia con otros de su misma edad: en el acto se hubiesen tomado todo el cóctel y hasta hubiesen pedido otro. Y ni que decir si los comparamos con los actuales jugadores de fútbol que son “ampayados” constantemente por programas de farándula, como “Magaly TV”, en lamentables borracheras.

Luego de observar todas sus actitudes, tanto en la cancha como en sus presentaciones en el país luego de su logro, sorprende aún más su conducta: centrados, cuerdos, maduros para su edad y con un norte bien establecido.

Se diferencian de otros- inclusive mayores- que hasta lloran (haciendo teatro por supuesto) en la televisión para justificar sus metidas de pata, como el dizque actor Ritter, quien luego de sus lágrimas dejo en claro que su edad cronológica no guarda relación con su edad mental.

Esta generación sí que se las trae y su respeto y amor por el Perú es muy profundo e intenso. ¿Un ejemplo?.
Cuando a Reimond Manco, jugador estrella y el mejor del campeonato Sub-17 desarrollado en Ecuador, le preguntaron en “La Ventana Indiscreta” a qué jugador del extranjero admira, su repuesta fue sola una y simple: ¡ A Jefferson Farfán!.
No dijo ni Ronaldihno, ni Etto, ni Beckam: señaló a un peruano triunfador. La conductora se quedó tan sorprendida que perdió el habla por varios segundos. Y por la expresión de su rostro poco faltó para que lo llene de besos. Eso es ser peruano.

Indudablemente, esta generación de peruanos es ganadora, fuera de traumas, de complejos, es libre, alegre. Así se hace un Perú. Y si la chiquillada que viene es así o mejor, el futuro del país vuelve a sonreír.

Ignacio Arana