NUEVOS CHIBOLOS
Varias son las conclusiones a las que se llega luego de ver a esta generación de jóvenes de 17 años integrantes de la Sub 17 que se han ganado a puro punche su participación en el mundial de esa categoría en Corea del Sur el próximo mes de agosto.
Chau Sendero
Lo más resaltante es que la influencia del terror de Sendero Luminoso y que marcó a varias generaciones de peruanos - incluidos las fracasadas del fútbol peruano y que no pasan de ser unos regularones jugadores y del montón- construyendo personalidades tímidas, sin ánimos de triunfo, derrotismo y perdedores, ya se esfumó.
Por la forma cómo jugaron estos jóvenes en Ecuador, inflando y desinflando el balón, con un toque desfachatado, atrevido, sin miedo y encarando a los rivales, se comprueba que la etapa del terror ya pasó y ahora se muestran con la alegría característica del peruano: vivaz, dicharachero, audaz.
Este es el mejor ejemplo de que Sendero Luminoso “ya fue”, y que las nuevas generaciones ya no creen en su monserga, más aún en sectores populares de donde provienen estos bravos peruanos.
De barrio, ¿y qué?
Otro rasgo resaltante de este grupo de jóvenes es la humildad que profesan por todos sus poros lo cual llama la atención si lo comparamos con otros de la misma edad y quienes creen que Lima termina en La Molina o San Isidro.
Orgullosos por todos lados se han fotografiado con sus humildes padres en pleno trabajo, uno de ellos con la carretilla de raspadillas de su papá y otro en el local donde su familia vende chicharrones en Lurín, y han reafirmado su compromiso de permanecer en el país.
Actitud que sorprende cuando hay otros que sólo piensan y sueñan con irse del Perú, dizque para triunfar, y realizan labores como limpiar baños, sin calidad de vida y sobreviviendo con miedo en el extranjero, cuando esas labores lo pueden hacer aquí en el país. Pero el orgullo y la vanidad, taras humanas, los llevan a extramuros, allá ellos.
¡No tomo!, gracias
Y no terminan de sorprender éstos jóvenes con sus actitudes. Cuando fueron a Palacio de Gobierno y les dieron pisco sour para brindar ninguno de ellos tomó nada y más bien devolvieron todo, hecho que llamó la atención del jefe de Estado, Alan García, quien tuvo que pedir un vaso con agua para festejar el triunfo.
Qué diferencia con otros de su misma edad: en el acto se hubiesen tomado todo el cóctel y hasta hubiesen pedido otro. Y ni que decir si los comparamos con los actuales jugadores de fútbol que son “ampayados” constantemente por programas de farándula, como “Magaly TV”, en lamentables borracheras.
Luego de observar todas sus actitudes, tanto en la cancha como en sus presentaciones en el país luego de su logro, sorprende aún más su conducta: centrados, cuerdos, maduros para su edad y con un norte bien establecido.
Se diferencian de otros- inclusive mayores- que hasta lloran (haciendo teatro por supuesto) en la televisión para justificar sus metidas de pata, como el dizque actor Ritter, quien luego de sus lágrimas dejo en claro que su edad cronológica no guarda relación con su edad mental.
Esta generación sí que se las trae y su respeto y amor por el Perú es muy profundo e intenso. ¿Un ejemplo?.
Cuando a Reimond Manco, jugador estrella y el mejor del campeonato Sub-17 desarrollado en Ecuador, le preguntaron en “La Ventana Indiscreta” a qué jugador del extranjero admira, su repuesta fue sola una y simple: ¡ A Jefferson Farfán!.
No dijo ni Ronaldihno, ni Etto, ni Beckam: señaló a un peruano triunfador. La conductora se quedó tan sorprendida que perdió el habla por varios segundos. Y por la expresión de su rostro poco faltó para que lo llene de besos. Eso es ser peruano.
Indudablemente, esta generación de peruanos es ganadora, fuera de traumas, de complejos, es libre, alegre. Así se hace un Perú. Y si la chiquillada que viene es así o mejor, el futuro del país vuelve a sonreír.
Ignacio Arana
No comments:
Post a Comment