
¡Dejémonos de vainas!
TANTO LÍO POR EL PAN
Realmente no entiendo por qué se hace tanto lío con esto de la subida del precio del pan. “De pan no sólo vive el hombre” o “A falta de pan buenas son las tortas”, rezan dos dichos populares que a la fecha adquieren gran validez.
¿Cómo así? En la sierra del país, casi no es costumbre comer pan en el desayuno. Con un choclo, una papa y un pedazo de queso tienen más que suficiente para realizar las labores del día. Y eso que son labores de campo que cualquier yuppie de Lima caería desmayado con sólo ver lo que se hace allí.
En la selva de nuestro querido Perú, las frutas inundan las mesas de los comensales en horas de la mañana. Entonces la pregunta es: ¿por qué nosotros los limeñitos nos hacemos tanto lío con la subida del precio del pan? Por supuesto que el pan es rico, ¡quién no va a querer degustar un pan con chicharrón, con su cebollita y su pedazo de camote, o comerlo con su salchicha huachana o simplemente comer la miga!
Pero ante las circunstancias actuales, no queda otra que cambiar de hábito en el desayuno y empezar a imitar a nuestros compatriotas de la sierra y la selva.
Toda la semana pasada he probado en el desayuno choclos, papas y queso, y harta frutas para variar un poco algunos días, y todavía estoy vivo. Mejor aún, me siento más liviano y hasta creo que algunos rollos de mi cintura han empezado a ceder. Aunque la verdad, el domingo salí disparado a la panadería para comprar cuatro pan francés y comerlos llenos de salchicha.
Así que amigos, cambiemos de hábitos. Su salud y bienestar se los van a agradecer. Y cuando baje nuevamente el precio del pan, debido a que la demanda descenderá y el mercado regulará el precio cuando nadie compre este producto según dicen los economistas, volveremos a nuestras andadas.
TANTO LÍO POR EL PAN
Realmente no entiendo por qué se hace tanto lío con esto de la subida del precio del pan. “De pan no sólo vive el hombre” o “A falta de pan buenas son las tortas”, rezan dos dichos populares que a la fecha adquieren gran validez.
¿Cómo así? En la sierra del país, casi no es costumbre comer pan en el desayuno. Con un choclo, una papa y un pedazo de queso tienen más que suficiente para realizar las labores del día. Y eso que son labores de campo que cualquier yuppie de Lima caería desmayado con sólo ver lo que se hace allí.
En la selva de nuestro querido Perú, las frutas inundan las mesas de los comensales en horas de la mañana. Entonces la pregunta es: ¿por qué nosotros los limeñitos nos hacemos tanto lío con la subida del precio del pan? Por supuesto que el pan es rico, ¡quién no va a querer degustar un pan con chicharrón, con su cebollita y su pedazo de camote, o comerlo con su salchicha huachana o simplemente comer la miga!
Pero ante las circunstancias actuales, no queda otra que cambiar de hábito en el desayuno y empezar a imitar a nuestros compatriotas de la sierra y la selva.
Toda la semana pasada he probado en el desayuno choclos, papas y queso, y harta frutas para variar un poco algunos días, y todavía estoy vivo. Mejor aún, me siento más liviano y hasta creo que algunos rollos de mi cintura han empezado a ceder. Aunque la verdad, el domingo salí disparado a la panadería para comprar cuatro pan francés y comerlos llenos de salchicha.
Así que amigos, cambiemos de hábitos. Su salud y bienestar se los van a agradecer. Y cuando baje nuevamente el precio del pan, debido a que la demanda descenderá y el mercado regulará el precio cuando nadie compre este producto según dicen los economistas, volveremos a nuestras andadas.
Ignacio Arana
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