
"SEÑORITOS" RADIALES
¿Dónde estamos? Como periodista, resultó desagradable comprobar hoy como colegas que emiten sus opiniones matinales en una radio local que dice siempre estar en directo estaban más perdidos de la realidad de Lima- imagínense como será del país- sobre lo que sucede en las periferias de esta ciudad.
Como si fuera la primera vez que volteaban sus cabezas para observar lo de “atrás”, asombrados opinaban sobre el multitudinario entierro de la “Muñequita Sally”, la cantante vernacular que encontró horrible muerte en un accidente de tránsito.
Más aún, se sorprendían que existiera “ahora” este fenómeno musical, cuando éste se desarrolla desde muchos años atrás con inusual acogida entre los miles de provincianos que viven en la ciudad capital, de manera especial, quienes residen en los conos de Lima. Que no nos guste ese ritmo es otra cosa.
Y trataban el tema como si para ellos fuera un gran descubrimiento.
¿Qué les pasa?
¿Qué les pasa señores? Lima no sólo son las calles de Miraflores, San Isidro, San Borja o La Molina. Menos aún, de centros comerciales como el Jockey Plaza o Molicentro. Vayan un fin de semana cualquiera a pasearse en su automóvil por el cono norte, llegando hasta el inicio de Pasamayo para que vean como hay gente que vive allí; por el cono sur, para que comprueben como cerca de Pucusana hay otro parque industrial llamado Satomi Kataoka de puros invasores; o más allá de Zarate, lleguen hasta Montenegro, Bayovar, para que se lleven más de una sorpresa.
Una falencia de este tipo se puede perdonar a cualquier profesional. Pero a un periodista, que por obligación debe estar informado de todo lo que sucede a su alrededor, no.
Un periodista no puede ser un “señorito”, con su saquito y corbata, que no camina por la ciudad por que se ensucia los zapatos o por que teme que lo asalten. Un periodista tiene que estar en el frente de batalla o delante de las tropas, nunca atrás, para poder informar objetivamente. Tiene que caminar por los conos de Lima, degustar sus comidas, vivir sus costumbres y hábitos, experimentar sus problemas, meterse a sus mercados.
La interacción de estos sectores- de la ciudad acomodada y de los populares- le dará al hombre de prensa una visión global de la realidad de su ciudad, de su país. Y no un punto de vista deformado, sectorizado, coyuntural.
¿Nuevamente la discusión del Perú formal o informal? No. Sólo se pide que estos periodistas radiales que forman opinión a diario tengan más criterio y conocimiento de su alrededor, del medio en que viven. Aunque a veces pedir esto a quienes se han convertido en periodistas de un momento a otro- el periodismo es tan noble que acepta que cualquiera se denomine periodista tan solo por opinar o escribir en un medio- es tan difícil como pedir peras al olmo.
Lima, 30 de mayo del 2007
Ignacio Arana Bullón
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